domingo, abril 23, 2006

GRANDIOSOS SONIDOS BAJO REJAS


Como buen juez de de sonidos-desesperadamente melómano e imperfeccionista y cuidadoso por igual-, procura escuchar atentamente y analizar a posteriori cual de los solicitantes posee las credenciales apropiadas para ocupar el pequeño espacio virgen de fluído azul olor inspiración. No puede presumir de ser el más ecuánime de los juces pero sin duda sí uno de los más lúcidos. (des)Adornan la estantería varias semi-esculturas con placas doradas harto antiestetéticas para corroborarlo, o más bien, certificarlo.
La selección-eliminando las connotaciones darwinianas del término-, es un proceso natural en su tarea. Muchas veces resulta complicado desprenderse de la incomprensible nostalgia que despiertan los sonidos que fueron concebidos para susurrar más allá del concepto que los recubre. La desoladora imagen de estos virtuosos de la sonoridad encerrados a su libre albedrío en estrechas jaulas adornadas con margaritas es perturbadora. Por eso, cuando muy de vez en cuando, uno de ellos sacrifica inmortalidad por inmanencia, suele ejecutar una melodía tan soberbia que acaricia aire y alma al unísono.
La encomiable labor de nuestro ilustre e ilustrado recopilador de sonidos se ve empañada por los continuos desaires de aquellos dueños de la memoria selectiva, inalcanzables dosificadores de inspiración. Las placas certificadoras hacen menos llevadera aquella interminable batalla contra estos sonidos grandiosos que involuntariamente y en secreto sueñan con salir un día de su oxidada jaula de ampulosidad.

(pongo la foto de un precioso poema-ojala pudiese ser mio, pero no lo es- aun a riesgo de que ensombrezca de pleno mi texto)

jueves, abril 20, 2006

MANOS

Manos que derraman lágrimas mojadas por el falso eco de una sonrisa. Se deslizan sigilosamente a la búsqueda de oscuros rincon es donde respirar. Pese a ser sabedoras de su irreductible levedad, s iguen adelante, vagan y vagan sin remedio ni absolución. Como seres errantes anclados en la violenta movilidad de un paisaje van goghiano.
Si un día encuentran una mirada complaciente su implacable búsqueda queda placada, su pulso altamente entorpecido y aquel insoportable tic tac silenciado. No para siempre, ya que el cuadro con fondo azul y amarillo tan sól o puede satisfacer temporalmente la implacable necesidad que tienen de comprender su nimiedad.
Buscar, encontr
ar, no buscar, perderse, no encontrar,

divagar, perder y ganar el tiempo, la vida.
Velo
quitar mentiras verdad el. Mas...Máscara...cara. Ulises y Camus.
"Rastreo automático" y f
in de la historia.


Todo acaba en la búsqueda del principio.

lunes, abril 17, 2006

LA PRIMAVERA DEL RECUERDO



El día que se conocieron llovían rayos de luz con tanta intensidad que fue necesario usar un paraguas. Cuando tuvieron que separarse 3 meses después, las aceras aun no habían tenido tiempo de secarse. Las pisadas de él, de ella, dibujadas sobre el asfalto con la docilidad de un Renoir, se entrelazaban, jugaban a jugar, a bailar, a acarciarse. Cuantas veces añoran ahora aquellos días en los que la eternidad buscaba con vehemncia sus cuerpos escondidos bajo un tímido abrigo de susurros.
Desde hace varias vidas sus labios se juntan a través del artificioso lenguaje de la tinta. Ahora se reconocen en el interior de aquellos signos rectilíneos que tan sólo pueden llegar a acariciar con la llema de los dedos. Más allá de las inocuas palabras, buscan sus cuerpos perdidos dentro del abecedario. Se encuentran en lo más profundo de la O para gritar en el extremo de la L un penúltimo hasta luego sin lágrimas en los ojos ni nostalgia en el corazón.
La voz que antes sonaba a caramelo de fresa ácida llega ahora en forma de eco. Un eco que, aun mermado por el fantasma del olvido y la tangible distancia de la memoria, llega a su destino en un envoltorio color sencillez.
Su mundo se desmembra poco a poco bajo el sin sabor de la rutina. El olor desconocido del que siempre vienen acompañados los aires nuevos aviva en ellos el recuerdo de aquella primavera que les unió separándoles para siempre.

sábado, abril 15, 2006

CoMo(y derivados)




Como una caricia que se resiste a envejecer. Como un viento que se olvidó de susurrar. Como un perfume marchitado a las puertas del hades. Como el manual de instrucciones de un bolígrafo sin tinta. Cmo el prólogo de un libro huérfano de páginas.Com un laberinto de calles que esconde una ciudad en su corazón. Cmoo una nariz que no sabe oir colores ni ver fragancias. Moco una pisada virgen de asfaltos. Omoc un prado inundado por un sol color verde marino. Ocom una pecera llena de gorriones con branquias.cOom una anciana tejida por una tela oxidada. mCoo una melodía escrita, interpretada y olisqueada por un acordeón. Como un recuerdo de nuestra muerte. Como tu y como yo.

viernes, abril 14, 2006

HISTORIAS EMPAPELADAS (hoy empapelamos un cariñoso beso tras un reencuentro)


Exasperado, al borde de los nervios. Cree que puede no hacerlo pero duda sobre su capacidad para llevar acabo aquella ardua tarea. No siempre no le ocurre pero si con demasiada frecuencia si se tiene en cuenta que se trata de todo un experto en esas lides. A él, a quien apodan con rocambolescos calificativos que despiertan úna inmerecida admiración ajena .¿ Que ocurriría si aquellos que le veneran pudiesen contemplar la sombra de la inquietud que planea sobre él cual buitre expectante a la caza de intrepidades perdidas?
Por fin parece que reune el valor. Si, cada vez más cerca... pero no no lo hace. Aun no.Muy tarde o demasiado pronto. No es la hora, el momento o la situación para nunca no actuar. Indolente a la superficie rugosa que acaricia su piel no piensa en no hacerlo. Lo dulce respira, el azucar vibra y el olor que desprenden sus minúsculas partículas se mezcla con el ambiente enrarecido. Esgrimir una sonrisa, tan fácil... permitir que los picos de la boca desprendan bucólicos recuerdos y carcajadas olvidadas en el baul de las formalidades. No dejar que los ojos expresen incomodidad...ya va a hacerlo, a no hacerlo... impedir que los párapados permitan a su mirada jugar al escondite, usar la lengua como instrumento para impedir que sus labios jueguen a entrelazarse. Tan lejos...tan cerca.

("Reischtag empapelado". Christo y Jean Claude.1995)

miércoles, abril 12, 2006

UN OBJETO DE PORCELANA DESAMPARADO

Le dijeron que a la salida del trabajo encontraría una señal escondida dentro de un florero color redención. Aquel día, el suelo amenazaba con recalentar el cielo y un par de taxistas olvidaron sus guías en un sucio prostíbulo situado en el centro de la ciudad. Claro que ella no creía que aquello tuviera algo que ver con el objeto de porcelana curvilíneo, deforme y sucio que encontró justo donde le indicaron.
Contempló sin atisbo de deleidad y ciertamente perpleja esa señal que bien podría haber sido diseñada por las torpes e inexpertas manos de Borjita, su sobrino de 5 años. "Bueno, al fin y al cabo he visto obras de arte peores" pensó. A través de un movimiento no exento de desprecio y lleno de olvido arrojó al suelo el objeto que, previsor y sabio como un anciano una vez alcanzado el crepúsculo, cayó de canto evitando así su ruptura en 5, 10, 15 pedazos.
La decepción sólo era equiparable a aquella inquietud que gangrenaba poco a poco sus arterias. Cansada de aquel recuerdo oxidado que se negaba a aceptar su caducidad prematura, no pudo contener las lágrimas que se asomaban desde la comisura de sus ojos soñando con deslizarse por suaves y sonrojadas mejillas.
Mientras tanto, el objeto de porcelana, que finalmente sólo se había partido en dos, la miraba sin compasión. Dentro de su contorno abrasado por aquel suelo color sol, el desamparo congelaba su alma. Receloso de esas lágrimas que olían a tang con sabor amargo, aplacó su dolor desviando la mirada de aquella figura a la que nunca podría disipar en los pasadizos de su memoria. Entonces, el deforme y sucio objeto de porcelana empezó a escribir.

sábado, abril 08, 2006

ERO DITO


Ero Dito tiene, en demasiadas ocasiones, unas apetencias que se salen de lo común y establecido. Una vez le vieron en plena Gran Via haciendo el pino mientras andaba (o andando mientras hacía el pino, según se quiera ver) para poder palpar el pavimiento recién mojado tras una intensa llovizna. El amigo de un amigo mio, se acercó a él con paso dubitativo y, sin sacar las manos de los bolsillos por miedo a distraer a aquel acróbata urbano, le dirigió unas palabras que éste no llegó a escuchar.
Ero ignoró aquel intento de comunicación, tratando de abarcar más espacio entre manada y manada. Estaba tan concentrado que tampoco percibió el susurro del aire que trataba de hallar entre su brazo y su oreja un pequeño espacio por el que pasar o en el que cobijarse. De repente, observó cómo a menos de 20 metros una joven le miraba a través de unos ojos que no expresaban extrañeza ni pesar. Unos ojos vírgenes de recuerdos pero necesitados de olvido. La boca de la chica permanecía entreabierta, absoriviendo el momento y esperando una oportunidad para dejar escapar unas palabras de bienvenida.
Ero Dito se acercó a ella sin darse tiempo para recubrir aquella acción de dudas que resultarían ominosas y perjudiciales. Cuando sus pies estaban a una manada de la cabeza de la joven, los labios no pudieron retener ninguna de las palabras que sus retinas habían dibujado sobre el asfalto. Ella observaba con aquellos ojos deseosos de ser escuchados, él hablaba a través de unos oidos enamorados del suave susurro de su mirada.
Pensó entonces Ero, que apoyando los pies sobre la acera y las manos sobre aquellos hombros desnudos, la joven podría leer más claramente las ardientes declaraciones de amor que emergían sin derbordarse de sus labios. Lo hizo con un movimiento agil y decidido. Los ojos neutramente expresivos de la chica mostraron por primera vez un atisbo de disconformidad. Cuando las miradas de ambos se encontraron a la misma altura, Ero advirtió con pesar y desconcierto como ella daba un paso atrás. Deslizó su pie derecho hacia donde la joven se encontraba. Miró por última vez aquellos ojos que de manera súbita se habían vaciado. Ella le dió la espalda y pronto se perdió en las calles descorazonadas de una ciudad nauseabunda. Ero Dito ya no recordaba porque estaba de pie ni como se hacía el pino.

miércoles, abril 05, 2006

RETRATO DE UN ARTISTA ¿ADOLESCENTE?


En una pequeña casa- que siempre estubo lejos de ser un hogar-, creció con las fuerzas mermadas debido al hambre atroz que siempre reinó con mano firme y castigadora en su ciudad natal. Iba a un pequeño colegio en el que le enseñaban a leer, escribir, sumar y restar. Con la cabeza fija en el escritorio y la mente vagando por paisajes dignos de Gauguin, logró convertir la tragedia de ser un muerto en vida, en una rutina diaria que hacía que los meses y los años pasasen a su lado a una velocidad casi imperceptible para su joven memoria. Cada vez más estoico al paso del tiempo, sus ojos enmohecieron antes incluso de poder admirar el paraiso en la otra esquina.
La amenaza de las cruces y el fuego grabó en lo más profundo de su ser el estigma de la religión. Más adelante lo combatiría una y otra vez sin lograr nunca desprenserse de él. Gracias precisamente a este incansable afan de lucha contra si mismo y contra sus convicciones inconscientes más profundas, obtuvo las fuerzas necesarias para huir en plena adolescencia de aquella carcel que tanto le mermaba en su afan de reclamar un lugar en aquel mundo desconocido que sin embargo admiraba y creía incombustible e incomensurable.
Tras varios años recopilando experiencias en busca de aquel tiempo perdido-que más adelante significaría un quebradero de cabeza- sacó a la luz su primera obra. En ella, abandonó la lucha interna en pos de extirpar quirujicamente aquel cristianismo intrínseco a su persona para escupirlo sobre varias cuartillas de papel.
Sus obsesiones empezaron a entrecruzarse hasta chocar frontalemente.El viaje homerico que realizó hasta la perfección absoluta le convirtió en un personaje repudiado y temido. Admirado y mancillado. Através de sus gafas de cristal redondo contemplaba la sociedad desde lo alto de un precipicio. A medio camino entre la divinidad y el suicidio.
Encerrado en una profunda nostalgia y preso en el mito del paraiso terrenal, el tiempo se le acababa. El último tren había partido ya. Murió a miles de kilómetros de su Dublín natal. "Largo es el arte y corto el tiempo" decía Baudelaire. James Joyce perdió su batalla contra el tiempo pero eso no le impidió ganar la inmortalidad.

(Leopold Bloom, protagonista de "Ulises" dibujado por Joyce)

martes, abril 04, 2006

NOCHE ESTRELLADA


Mi cuerpo no se movía, o eso me pareció. ¿Por qué pues mis piernas me arrastraban?. Pero, ¿a dónde?. Mire al cielo, donde las estrellas peleaban entre sí. Mitigan el dolor que les infringe su soledad frotando sus formas hasta desmembrarse. Aquel cuadro de Van Gogh se cernía sobre el suelo color pardo donde mis pies estaban apoyados. Pero renunciando a esa austeridad que imprime en cada uno de sus sutiles movimientos, caía como despojado de su hogar, a la velocidad de un fugitivo huyendo de sus captores . El cielo errante reclamaba un sitio en la oscuridad de la noche. Le pertenecía más que a cualquier otro inquilino. Mas que a mi…o que a ti. Porque entonces tu ya estabas ahí.
Tu, fueras quien fueras, no podías evitar mirarme con ojos de atrevimiento y de compasión. Querías que sintiese tu presencia, que pudiese acariciarte sin mover los dedos, besarte sin sentir tus labios, quererte sin conocer nuestros nombres. La oscuridad que cobija tu inocencia asfixia, ahoga mi alma. Sin ojos no puedo tocar tus manos.Si te niegas a hacer ruido, ¿Puedo acaso sentir como te escabulles dentro de esta noche... de esta noche estrellada?