viernes, diciembre 01, 2006

PARAR EL CRONÓMETRO



A veces el tiempo obliga a tomar a pausas. A veces uno se niega a aceptar que el cronómetro se ha parado y que es momento de repostar. Suelo violar de manera impúdica aquellas etapas destinadas a la reflexión. Quizás por que es precisamente el propio acto de reflexionar quien me lo impide ya que con el tiempo, me he acostumbrado a hacerlo en la carretera. La velocidad es adictiva y la lentitud pegadiza, y a mí siempre me gusto dirigirme a ningún lugar en particular. Como en un personaje de Lawrence Durrel, niebla y destino caminan en mi cogidos de la mano cual amantes en dirección a los desiertos de Alejandría. Si prescindiera de uno de los dos, el futuro se volvería de repente tan diáfano como leve. Sin cortinas no soy nadie. Y si dejase de correr, moriría de cansancio.

(Imagen: Marc Chagall "El descanso del poeta")

2 comentarios:

PALOMA dijo...

Corremos hacia el frente sin parar por pura enercia... por fin llegamos al horizonte, pero siempre hay algo mas alla..y seguimos corriendo.

Te echaba de menos!

Uqbar dijo...

Suele suceder que al disminuir el ritmo y mirar atrás el tiempo se agarra a nuestras piernas y nos impide avanzar...