jueves, septiembre 04, 2008

Cuando crees que te miro...


Una manera de llamar a las casualidades destino es juzgar que nuestra mirada es un compendio de todas las miradas que alguien soñó, esbozó en el metal barnizado de nuestros días. Un instante en el que las palabras son miradas y las miradas, anhelos de intimidad, frustrada, claramente, por la desligadura que se traza, no entre nuestros cuerpos, no entre nuestros pensamientos, siameses de vocación, sino entre nuestra necesidad de amarnos, sin fondo ni forma, y el estrecho cuadro en que apenas puedo vislumbrarte bajo una sonrisa, una insegura sonrisa, que quizás sea tuya por definición, por necesidad. Y así, cuando de entre tus dedos se desliza una sonrisa en mi boca, juzgo como necesario desviar la mirada e intuir la tuya sobre mí, como si en mi ausencia pudieras percibir que mis ojos son como prismas que deforman, que reinventan de manera arbitraria, que homologan burocráticamente mi particular manera de quererte. Es entonces, en el verso descoordinado, asonante por decoro, de nuestra mirada, cuando me intuyo a veces olor a gasolina, chirriante aroma rojo en un vivero de rosas marchitadas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

!Hola guapo! Me estaba dando un paseo por tu blog y vi esta nueva entrada... ha sido como un esbozo en el metal barnizado de nuestros días, te suena? jejeje.
Sigue escribiendo y los demás seguiremos leyendo.

Espero que nos veamos poeta despistado!(desde aquel día te debo unas cervezas, que tu amigo Carlos Torres nos las pagó a todos).

Besos!

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Estoy de acuerd, sigue escirbiendo que nosotros seguiremos leyendo. Sabes que llegarás lejos ¿No? Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Ya sabes lo que opino de lo que escribes. No hace falta que te regale los oidos...ni que te comente cada cosa que pones.
Tremendo...o tal vez genial
Enhorabuena!
Mab

Uqbar dijo...

Genial Jorge, y no sólo por el texto, por conseguir una vez más que pague cervezas y no lo recuerde. Tenemos aquí un genio del escapismo y del verso roto por la cadencia arrítmica de su pecho.

Se por experiencia que la mayoría de comentarios al pie de texto no completan demasiado la opinión, asi que un día de estos, a la vera de unas copas (que supongo, espero, que no pague yo) podamos conversar de nuestros textos. Y a ver si el tercer paladín del blogspot se anima y nos da carnaza que desgranar.