sábado, enero 28, 2006

NO ME OLVIDES

No me olvides fue una relación fallida. Un amor que floreció a los pocos minutos y marchitó a las pocas horas. Presenció las caricias y los besos. Un hasta luego y un hasta nunca. Y luego allí se quedó, viendo como la lluvia caía sobre la acera.
No me olvides también fue un momento de añoranza. Un reencuentro sobre el asfalto ahora quemado por el sol. Un abrazo y unas gotas de sudor del sentimiento. Un compromiso a largo plazo sin deudas pendientes. Sin los pecados del ayer ni las azañas del mañana. Pero pronto, No me olvides retomó impasible su soledad habitual.
Una infinita alfombra amarilla cayó sobre las aceras. Un espectro que no se sabía príncipe advirtió la presencia de No me olvides. Adiós a los manantiales de fuego. Adiós a los Cíclopes, a los Legístrones. Un solo segundo para recordar en paz. A partir de entonces, fue visitado a diario por aquel Ulises atormentado. Hasta que un día, Poseidón escondido dentro de un camión blanco, recogió la alfombra. No me olvides volvió a quedar huérfano.
Una noche, pasaron por delante suyo dos manos entrelazadas. A ellas estaban unidos dos cuerpos que sólo dependían el uno del otro. No me olvides les contempló sin un atisbo de nostalgia en su interior. De nuevo unas caricias y unos besos. Y alguien dijo: "Nunca te olvidaré".

1 comentario:

gErT dijo...

"No me olvides se ha roto en dos. Lo tengo en mi casa, separado, con esas muescas que encajan perfectamente sólo si quieres tú que lo haga, porque por sí mismo no es capaz..."

No me olvides tenía puntos suspensivos...para que no nos olvidemos de él, quizás.