domingo, febrero 26, 2006

TUNEZ 1. GONCHI Y SU VISITA AL MAR


Bajo un cielo que rezunga más que un Zeus castigador, a través y contra la furia del agua, mi amigo Gonchi, se sumergió en el más bravo de los mares. Lo hizo probablemente sin mirar atrás. Dejándose llevar por el placentero masaje de la intemporalidad. Por la brisa que recorre la tierra sin detenerse para saber su localización exacta.
Mojar un pie en el agua. Sentir como la arena ocupa el espacio vacio entre dedo y dedo. Una ola juguetona salpica hasta el tobillo. Es el mar, el más acogedor de los hospederos, que siempre invita a entrar a todos aquellos que pasan frente a su puerta. De todos nosotros, tan sólo Gonchi aceptó la invitación.
Mi incredulidad no fue mayor que la del resto de compañeros cuando apareció en la recepción con el bañador húmedo y una toalla enroscada en torno a su cintura. El mar le dejó un catarro como prueba incontestable de su visita. También un recuerdo sensitivo con el que deberán compararse todos los que le sigan.

1 comentario:

gErT dijo...

es todo un valiente...
y yo mientras, durmiendo...
tiene huevos, señores, somos menos aventureros...gonchi rezuma por los poros aquel reportero de guerras...qué más decir...