viernes, abril 14, 2006

HISTORIAS EMPAPELADAS (hoy empapelamos un cariñoso beso tras un reencuentro)


Exasperado, al borde de los nervios. Cree que puede no hacerlo pero duda sobre su capacidad para llevar acabo aquella ardua tarea. No siempre no le ocurre pero si con demasiada frecuencia si se tiene en cuenta que se trata de todo un experto en esas lides. A él, a quien apodan con rocambolescos calificativos que despiertan úna inmerecida admiración ajena .¿ Que ocurriría si aquellos que le veneran pudiesen contemplar la sombra de la inquietud que planea sobre él cual buitre expectante a la caza de intrepidades perdidas?
Por fin parece que reune el valor. Si, cada vez más cerca... pero no no lo hace. Aun no.Muy tarde o demasiado pronto. No es la hora, el momento o la situación para nunca no actuar. Indolente a la superficie rugosa que acaricia su piel no piensa en no hacerlo. Lo dulce respira, el azucar vibra y el olor que desprenden sus minúsculas partículas se mezcla con el ambiente enrarecido. Esgrimir una sonrisa, tan fácil... permitir que los picos de la boca desprendan bucólicos recuerdos y carcajadas olvidadas en el baul de las formalidades. No dejar que los ojos expresen incomodidad...ya va a hacerlo, a no hacerlo... impedir que los párapados permitan a su mirada jugar al escondite, usar la lengua como instrumento para impedir que sus labios jueguen a entrelazarse. Tan lejos...tan cerca.

("Reischtag empapelado". Christo y Jean Claude.1995)

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