sábado, marzo 04, 2006

TUNEZ 4. Regateando el cielo



Y de allí se va al cielo. Oigo decir a un autóctono- alto con cara de pocos amigos, ojeras, sandalias verdes- que en men0s de diez pasos ya puedes tocarlo. Una pareja de enamorados acaba de comprar el billete. ¿El precio? Para ti, que eres español, 50 dinares. Si si, tu catalán, a los americanos les cobro el doble.
Tengo la tentación irresistible de oler los residuos de cielo que llegan a donde me encuentro- acera de adobe no demasiado antigua pintada de blanco y llena de cáscaras de pipa-. Una fragancia de color cachimba se extiende por mi cuerpo. Monopoliza mis sentidos. Doy un paso, doy dos,...30 dinares, es mi última oferta.
Pero es imposible no quedar seducido por aquellos ojos de Grace Kelly. Por aquel girasol emergente que nace 365 días al año. El deseo y la necesidad se confunden. Piel de camello amigo. Doy un tercer paso. Doy un cuarto. Miro una y otra vez hacia el lugar de donde proviene aquel olor que sabe a inmortalidad. Y de allí se va al cielo.

2 comentarios:

PALOMA dijo...

Muchos dicen que de Madrid se va al cielo. Pero todo depende de la ciudad que te enamores. De allí vas al cielo.

gErT dijo...

hay que ir al rastro, pero ya nada será lo mismo...el regateo que perdemos. Somos unos ases del dribbling (siempre los dobles sentidos).
Más barato que en el corte inglés (sin mayúsculas), más barato que en Andorra...
Pero igualmente nos calzaron con el cielo...si un zoco es un lago que será su reflejo, ese cielo tunecino??